miércoles, 17 de octubre de 2012

Fútbol, Islam y Prestamistas Patrocinadores

Hace unos días se conoció una noticia llegada del Reino Unido, que describía la negativa de dos futbolistas de fe islámica que jugaban en el Newcastle, equipo de la Premier Leage, a utilizar la camiseta con el logotipo del nuevo patrocinador del club, la empresa de préstamos a corto plazo Wonga. Ocurre que las normas de conducta musulmanas prohíben a los fieles de esa religión solicitar empréstitos a interés así como también beneficiarse de los excedentes producidos por estas transacciones, como medida destinada a prevenir el abuso contra los más pobres por intermedio de la usura. De cualquier manera el negocio ya había recibido críticas tanto de parte del alcalde de la ciudad así como del presidente de la federación de balompié británico, pues este servicio de prestamistas es muy conocido porque entrega dinero a tasas excesivas precisamente a las personas de escasos recursos, llegando a estar en la mira del congreso de las islas por ello.

Tomando en cuenta que incluso en los países musulmanes más extremistas -Arabia Saudita, EAU- existen bancos poderosos que efectúan negocios a nivel global, y que conspicuos jeques recorren el mundo haciendo transacciones monetarias e inversiones por aquí y allá, la verdad es que ignoro hasta qué punto los practicantes de esa fe, al menos los más adinerados, cumplirán de manera cabal con esta norma disciplinaria, que no lo olvidemos, no admite forma alguna de préstamo a interés. Sin embargo, es interesante analizar el modo en que muchas personas de formación occidental cristiana han abordado la polémica. Pues han insistido en que nos encontramos en presencia del enésimo caso de intolerancia de parte de un grupúsculo de mahometanos que quiere imponer su visión de la sociedad a quienes no comparten sus opiniones, para colmo en un territorio en donde el grueso de la población ha sido educado de otra manera. No obstante, parece que dichos ciudadanos han olvidado que las principales religiones abrahámicas condenan al unísono la usura, recalcando que se trata de un pecado grave, debido a la insensibilidad hacia el prójimo que conlleva su práctica, en especial la situación de abuso contra el más débil e indefenso. Más aún: la teología católica rechaza todo tipo de conducta prestamista, al igual que el islam. Mientras que para los evangélicos es inaceptable el cobro de retribuciones morbosas. Y en cualquier caso, a todo cristiano le basta con abrir la Biblia y leer la historia de Zaqueo, para comprender el lugar en el cual Cristo sitúa estas aberraciones.

Tampoco las personas de orientación agnóstica o progresista son proclives a tolerar la usura, debido a causas de orden humanitario. E incluso los liberales económicos advierten sobre esta práctica, que puede ocasionar un descalabro con nefastas consecuencias para el desarrollo social y hasta monetario de un país, al copar a la gente de deudas imposibles de pagar, con las consiguientes sanciones punitivas al respecto. De hecho, fue ésa la coyuntura que provocó la crisis financiera internacional que a la fecha continúa hundiendo a varias naciones de todo el orbe, en especial de Europa, y el propio Reino Unido entre ellas. Siendo un decisivo aporte en esta situación precisamente las empresas prestamistas que como Wonga ganaban dinero cobrando sumas exorbitantes a personas de menores recursos que no solían ser clientes de los grandes bancos; y a quienes además forzaban a colocar en hipoteca sus propiedades y bienes raíces, o les elaboraban nuevos pactos a una buena cantidad de años en los cuales los afectados terminaban cancelando varias veces lo pedido. Ante lo cual el grueso de los cristianos, ministros y fieles rasos, hicieron la vista gorda cuando no participaron en estos espurios negocios, pese a que las mismas Escrituras, bastante antes que el Corán, las vetaba con absoluta claridad.

No faltan quienes han defendido al Newcastle -y de paso, de supuestos ataques terroristas que se estarían urdiendo contra dicho club- aseverando que la actividad que ellos practican, si bien puede resultar controvertida, también es legal. Bueno. Más allá de aplicar aquello de "todo es lícito mas no todo me conviene", o de insistir en el detalle de que esta empresa está bajo investigación de las autoridades inglesas por ser sospechosa de justamente caer en la ilegalidad, sólo queda acotar que a lo largo de la historia tenemos amalgamas de ejemplos de conductas permitidas por el marco legislativo de un determinado Estado que empero eran contrarias a los principios cristianos y por ende siempre fueron censuradas por pastores y obispos. Por ejemplo, ciertas normas del imperio romano -al margen de la persecución hacia los creyentes-, de los países comunistas o de la Alemania nazi -el antisemitismo, faltaba más-. Y aún hoy, existen seguidores de Jesús que llaman a boicotear iniciativas opuestas al mensaje, como la autorización del matrimonio homosexual o el aborto, y que asimismo advierten de conductas ya insertas en la cultura social general, como el juego o las bebidas alcohólicas. ¿Por qué la usura no debiera, entonces, ser medida con idéntico criterio?

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