viernes, 10 de octubre de 2008

La Negritud y la Decrepitud

Quienes suponen, ingenuamente, que la elección de Barack Obama terminará, o al menos suavizará la política belicista de Estados Unidos, están muy equivocados. Los gringos nunca dejarán de enorgullecerse por ser la primera potencia militar del mundo, y la mejor manera de demostrar esa característica, es justamente derrocando gobiernos remotos y débiles a base de tanques y bombardeos. Por lo demás, han forjado una nación en un terriotorio vasto, infinitamente multicultural y plagado de inmigrantes, merced al manejo de las armas y la utilidad legendaria que representan. Lo que explica, por ejemplo, la criticada, por otros países, facilidad conque allá se pueden obtener toda clase de revólveres, rifles y municiones, incluso, como bien lo documentó Michael Moore, en el almacén de la esquina.

Ya en el primer debate, el senador afroamericano expresó que el retiro de Irak en la práctica sólo significaba mover piezas de ajedrez, desde el Golfo Pérsico hasta Afganistán, donde, en todo caso, hay que reforzar las defensas si no se quiere que ese territorio vuelva a caer en manos del Talibán, lo cual, para muchos analistas internaciones, dadas las actuales condiciones, es sólo cuestión de tiempo. También señaló que es preciso aumentar la seguridad en Pakistán, a la cual consideró una democracia amenazada por los islamistas radicales, y planteó concretarlo con... tropas, y en número lo suficientemente disuasivo. Aunque tengamos una crisis económica en pleno desarrollo, aunque se haya mencionado más de una vez a América Latina: la piedra de tope de los EUA en materia de política internacional siguen siendo los musulmanes, con los cuales está dispuesto a actuar como policía ideológica, de la misma manera en que lo hacía, hasta hace no mucho, con los estados latinoamericanos. Puede cambiar el color pero la mentalidad no.

En todo caso, quien piense que los demócratas son artífices de la paz, poco o nada sabe de la historia estadounidense. Ese partido fue creado por los terratenientes del sur opuestos a la abolición de la esclavitud, y que no dudaron en iniciar la Guerra de Secesión contra Abraham Lincoln, fundador, por cierto, de los originalmente antiesclavistas republicanos. Después, cada uno de sus presidentes estuvo involucrado en un conflicto: Woodrow Wilson metió al país en la I Guerra Mundial, Franklin Roosvelt, en la segunda, después de no preveer el ataque a Pearl Harbour; Harry Truman le arrojó la bomba atómica a los japoneses y alentó la guerra civil griega; John Kennedy intentó, sin éxito, invadir Cuba; Lyndon Johnson tuvo una vergonzosa actuación en Vietnam; Jimmy Carter trató de derribar al ayatolá iraní pero sólo consiguió la crisis de los rehenes, y Bill Clinton hizo su colección personal con Haití, Somalia, Yugoslavia y el mismo Irak. Y atención: todos estos hechos estuvieron antecedidos por una hecatombe financiera, algo de lo que ni siquiera se salvan sus opositores políticos - Bush atacó Irak cuando su gobierno no encontraba solución para los coletazos de la llamada "crisis asiática"- ; y todos han traído como consecuencia la reactivación de Estados Unidos, que jamás se ha conseguido por otros métodos.

Si Barack Obama gana estas elecciones, lo hará porque enfrente tiene a un anciano enfermizo y achacoso como es John Mc Cain, que en eso es un símbolo de la decadencia actual del partido republicano y del sector al cual representa. Pero ojo: en los aspectos domésticos tampoco es muy progresista. Aunque no represente al "cinturón religioso" que siempre inclinó la balanza en favor de Bush, pertenece a las iglesias evangélicas negras, tan radicales como sus pares derechistas, y cuya casi exclusiva diferencia es el color cutáneo de sus fieles. Sí: el senador por Illinois no está contaminado por el fundamentalismo vulgar de los WASP. Pero recordemos que Clinton, venido de una familia de clase media baja de Arkansas, era visto como la superación de las trancas morales que tanto caracterizan a los norteamericanos, y no fue tan así. Porque si bien mostró un relajo respecto a las costumbres sexuales de los adolescentes -con entregas gratuitas de condones incluidas- , fue especialmente severo con el consumo de drogas y el control parental, llegando a pedirle a una revista de variedades que censurara las fotos donde unas modelos y famosas actrices se mostraban como víctimas de una sobredosis. A lo que pase en un mes más en Estados Unidos, hay que observarlo con moderación, y esperar qué hará el demócrata Obama para superar el crac financiero, de salir electo: si cometerá un desacierto, como le sucedió a Carter, o si invadirá un país débil con algún rebuscado pretexto, como lo hizo Clinton

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