jueves, 17 de mayo de 2012

El Boquiflojo Sofisticado

Ha corrido más agua y sangre de la que se debía en este asunto de Cristián Boza, el decano de arquitectura de la ignota Universidad San Sebastián, respecto de sus declaraciones en las cuales se refería a los alumnos del plantel -pero con la decidida aunque solapada intención de extrapolarlo a todos quienes se encuentran atrapados en la telaraña de la educación superior chilena- como "faltos de cultura y sofisticación", emitiendo además estas declaraciones con el desprecio de rigor. La afrenta le salió cara pues terminó siendo despedido de su cargo, aunque tratándose de tales sujetos y de sus redes de apoyo, es probable que en pocos días halle refugio en otra de estas "casas de estudios", incluso en alguna que sea catalogada de mayor rango, si es que, en el juego que nos tienen acostumbrados dichas instituciones, al final sus ahora ex superiores no acaban revocando la medida, bajo el argumento de que "hemos reflexionado y creemos que nuestra decisión fue un lamentable error que además podría haber sido considerado un acto de censura".

Pues en verdad, basta ver los antecedentes de las partes involucradas para sospechar que este auténtico escándalo de farándula no es más que la búsqueda de una "universidad" -de pésima calidad incluso dentro del contexto local- para hacerse notar y así captar un mayor número de matrículas, bajo el subterfugio de que sus integrantes están fomentando el debate. Por una parte, tenemos a un académico que como todos los de su calaña, ha dejado de ejercer su profesión lo más probable producto de su incompetencia, y se ha escondido en las aulas supuestamente superiores donde puede ocultar no sólo su incapacidad o su ignorancia, sino también su carencia de información, usando su porquería de autoridad para agredir a estudiantes que se hallan un escalafón más abajo de la pirámide, pero que lo superan en habilidades y conocimientos. Por otro lado, hay un plantel surgido gracias a las diversas leyes que a partir de 1981 generaron un relajamiento en el nivel general de la educación en aras de procurar una entrada más fluida de capitales pecuniarios, el cual ha intentado obtener la aprobación de la sociedad recurriendo a iniciativas de corte populista propias del conservadurismo mezclado con torpeza intelectual que sus propietarios e integrantes profesan, como la instalación de una estatua de trece metros del fenecido papa Juan Pablo II, proyecto ideado por el mismo Boza.

Pero no se crea que tales demostraciones de imbecilidad sólo pueden nacer de las instituciones que han sido agrupadas bajo del mote de "nuevas privadas". Ya que este energúmeno perfectamente podría haber impartido clases en un plantel como la Pontichanta o el lupanar de Bello. Puesto que, aunque resulte majadero reiterarlo, todas las "universidades" son iguales; y los académicos rotan entre ellas dándose curiosidades como que un docente, durante la mañana hable en una determinada aula contra la calidad de enseñanza de una determinada casa de estudios, y en la tarde aparezca en la misma organización que denigró, alabando el esfuerzo de quienes cuentan con menos recursos y de paso hablando mal de los privilegiados que imaginan estar dentro de un aura. Incluso, la mayoría de los colegas de este arquitecto, que rechazan la medida tomada por la San Sebastián, aseguran que sus palabras son tema de conversación en las reuniones privadas y las conversaciones informales, en las cuales se lanzan idénticos calificativos contra los alumnos. Cuando no se los espetan a la cara amparándose en su pequeña pero significativa cuota de poder.

Claro. Ellos salen bien parados desviando la atención y diciendo que sólo protestan (es decir, que están al nivel de los estudiantes que llevan más de un año ocupando las calles y debatiendo en serio) por la baja calidad de la educación que sus alumnos reciben desde los segmentos básico y medio. La vieja estrategia de culpar a otros cuando las aberraciones propias saltan a la vista. Que entre esos zánganos que aseveran dar clases en las "universidades" es una costumbre que incluso tiene amparo legal, ya que se parapetan detrás de la supuesta autonomía, que saben utilizar cuando les conviene, para no rendir cuentas de sus actos. Los cuales ya están muy desenmascarados, como lo demostró la reciente prueba Inicia que reveló que los educandos de las carreras de pedagogía no reciben el volumen adecuado de conocimientos que les permitan desenvolverse de forma aceptable en las escuelas o liceos. Un círculo vicioso que algunos hacen girar para quedar impunes y continuar con su mediocridad, acusando a otros.

                                                                                                                                         

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